viernes, 7 de mayo de 2010

¡Bryan Ruiz es inocente!

Después de lograr lo que prácticamente solo Diego Armando Maradona había logrado en la temporada 89/90 con el Nápoles (llevar a un equipo “pequeño” al título en una liga con buen nivel), Bryan Ruiz utilizará sus vacaciones para ver el mundial de Sudáfrica en un sillón frente al televisor en su casa de habitación, ya sea en Holanda o Alajuelita.

La catastrófica era Kenton-Simoes (más Kenton que Simoes) no solo perjudicó las arcas de la Federación Costarricense de Fútbol, quienes contaban con el dinero que genera ir al Mundial para pagar el pasaje de sus familiares, sino que perjudicó al mejor jugador de CONCACAF en la actualidad.

Se dice que en un mundial están los mejores: los mejores equipos, técnicos y jugadores, pero no es cierto. Además de Bryan faltarán jugadores de la talla de Ibrahimovic, Arshavin, Peter Cech, Salvador Cabañas, entre otros.

La diferencia entre Bryan Ruiz y las estrellas antes nombradas, es que Bryan no tiene la culpa de haber nacido en Costa Rica, un país donde el fútbol no es una profesión, es un juego, un país donde las cámaras roban no solo la atención de los jugadores, sino su dinero también (peinados, ropa cara, carros, etc), un país donde los futbolistas se creen estrellas sin siquiera ser primero una piedrita cósmica.

Hoy por culpa de esas “estrellas fugaces”, Bryan no tendrá la oportunidad de jugar a la par de CR9, Messi, Kaká, Rooney y demás profesionales del planeta fútbol que si acudirán a la fiesta mayor. Hoy por culpa de una dirigencia sin pantalones, Bryan no podrá cotizarse en un par de millones de euros más o aspirar a que un cazatalentos de un cuadro de la talla del Barcelona o el Manchester United lo vea en tierra selvática.

A pesar de todo esto, la “Comadreja” ha sabido hacerse pasar por un extranjero en Costa Rica, pues en Holanda aprendió a amar su profesión, a jugar primero y celebrar después, a saber que sin humildad, cualquiera es estrella.

La única esperanza del fútbol costarricense es que, de aquí al 2014 Bryan puede transmitir algo de todo esto a los jóvenes que hoy “lideran” el proyecto Selección Nacional, aunque sea a través de su merecida página web.

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