martes, 29 de marzo de 2011

Disfraz

Dormir menos no significa vivir más...
Los árboles mueren de pie por su fortaleza...no por estética
De soledad en soledad recordamos tiempos mejores...pero eso no los hace regresar
Es necesario estar pendientes del presente...sino, se puede escapar en busca de un futuro que aún no debía llegar...
La felicidad también llega cuando tiene que llegar, puede estar disfrazada de libertad, amor o amistad, pero a diferencia de la tristeza, no compite por adueñarse de tu cabeza, deja que el corazón lo haga...
Que seamos iguales no significa que tengamos que pensar igual
Por eso existen personas que creen en el odio, para luego darse cuenta que era un disfraz más del amor...

miércoles, 23 de marzo de 2011

Nuevo Estadio… ¿Nacional?

No lo construyó un equipo de trabajo con sello costarricense, ningún tico multimillonario invirtió para que pudiera ser realidad, en su fachada no se vislumbra un símbolo nacional, entonces ¿por qué se llama Estadio Nacional?

La publicidad nos endulza, nos invita a nuestra casa, pero inmediatamente nos recuerda que para entrar tenemos que pagar miles de colones, los cuales se multiplican en manos de los revendedores, porque el sistema de venta de entradas oficial sufrió un colapso “inesperado”.

Es así, como el panorama para el costarricense diario se complica, para el que lucha toda la semana para poder disfrutar en paz la mejenga de los domingos, el que cada vez más añora aquellos tiempos en que se podía ir al estadio con toda la familia, sin tener que hipotecar su propio bocado.

En cambio, los costarricenses de época, los que pasan la semana planeando sus aventuras de fin de semana, tienen su entrada asegurada meses atrás, arrasaron con los palcos sin siquiera estar en venta y tienen su parqueo a pocos metros del nuevo coloso asegurado.

Lo más justo sería que los organizadores tasen las entradas de acuerdo con el espectáculo que van a brindar, pero en ese caso el partido de Costa Rica vs China sería gratis, y la pelea de Hanna Gabriels, campeona mundial, valdría una millonada, pero no…Hanna no vende, porque aún cree en la pureza del deporte, y no en la fama que otorgan los “famosos” de saco y corbata.

Un viejo personaje de la historia decía: “el que es revolucionario, puede morir donde quiera”, haciendo énfasis en que la patria se lleva en el corazón. La palabra Nacional no se puede poner a la par de Estadio por el solo hecho de que esté en Costa Rica, es un adjetivo que otorga el pueblo cuando abre un espacio en su corazón para ese “fuerte de batalla…”

De la misma manera, depende de todos nosotros cuidar esta nueva joya arquitectónica, y no permitir que el montaje que circuló con tanto poder crítico por las redes sociales, en las que un grafitti adornaba uno de los muros del Estadio, se convierta en realidad.

Es así, como el nuevo Estadio podrá declararse Nacional, cuando reúna a 35 mil personas iguales, cuando se piense más allá del dinero y el reconocimiento internacional, el mismo que acarrea vergüenza, pues en todas las notas que he visto sobre esta “Tasita de Oro”, nadie, absolutamente nadie le ha dicho “Gracias” a los obreros que viajaron miles de kilómetros para no permitir que este proyecto se convirtiera en una fantasía corrupta…

martes, 22 de marzo de 2011

Sentimiento eterno

Siempre me quise enamorar...hasta que conocí a la soledad
La misma, que por no saber usar el reloj...siempre está
Después conocí a la libertad de lo desconocido...
La que sin importar tu estatus social siempre te da una oportunidad...
Siempre me quise enamorar, hasta que llegó el duende de la maldad
Y me enseñó que por unas monedas, el sentimiento más eterno puede cambiar...
Luego llegó la tranquilidad de la paz...
Que sin conocerme, me quitó el miedo de expresar lo que pienso
Sigo esperando enamorarme de la menos indicada...
La que tampoco sepa usar el reloj, pero sepa escapar...

jueves, 3 de marzo de 2011

Sueño de infancia

Con afán de regresar...mi infancia me toma de la mano y me lleva al pasado
Al muro de ladrillos en el que alguna vez estuvimos todos juntos
Pasamos por la pulpería del chino, la que absorbió su fidelidad al descuido
Comimos confites que ya no existen y helados de colores extraños
En el camino de regreso pintamos paredes a escondidas y tocamos timbres de personas desconocidas...
Volví a sentir aquella sensación de peligro que nos hacía vivir
Con una lágrima salando su paladar me recordó quién soy yo...
Que puedo saber qué quiero pero no adónde voy...
Y por último me susurró:
No me olvides, hace algún tiempo eramos uno solo tu y yo.