viernes, 27 de junio de 2008

No hay despedidas sin sentido

¿Qué somos?, sino soñadores que un día nos convertimos en hombres, hombres que transforman un sueño en algo más que nos aburrimos de hacer.

Si pudiera, compraría un boleto de regreso a los tiempos en que caminar descalzo era un privilegio y no una vergüenza, si pudiera regresaría el tiempo justo antes que dejáramos de imitar a nuestros antepasados para empezar a imitar a los conquistadores.

Pero no es ese anhelo, lo que más voy a extrañar cuando este lejos de mi tierra, sino a la gente que como yo, comete estos errores, pero a la vez hacen que la esperanza por un mañana mejor no muera.

Y no me refiero a los políticos de turno, ni a los idealistas de moda, me refiero a los amigos, a los que siempre están a nuestro lado, por que sienten que es ahí donde deben estar, a los que mueven mar y tierra con tal de no fallarnos.

Aunque tengo que confesar que también extrañare a aquellos que fallan, a aquellos que no le dan tanta importancia a la amistad, por que son los que hacen que valore a los que como yo si se las dan.

Mi madre me dio la vida, mis amigos el corazón, las noches más divertidas, los consejos más necesitados y dolorosos a la vez, me dieron la verdad, me dieron el secreto, me dieron la confianza, me dieron la lealtad, en fin, me dieron una razón para luchar.

Es por eso, que hoy quiero exaltar una palabra tan devaluada como lo es la palabra amigo, la que hoy se usa tan fácil pero con tan poco sentido, la que hoy se basa en razones equivocadas, por que nos equivocamos más que ayer.

Amigo no es aquel que te reconoce en la calle, es aquel que te reconoce en el corazón, amigo no es el que te enseña, es el que aprende contigo, amigo no es el más popular, es el que a tu lado no le importa ser popular, amigo no es el que te guarda un secreto, es el que lo construyo contigo, amigo no es aquel que te deja atrás, es aquel que regresa por ti por que sino el camino no tendría sentido, amigo no es el que entiende todo al primer intento, es el que prefiere escucharte una y otra vez, para entenderte mejor.

Con mis amigos no comparto la sangre, pero si la vida, si las experiencias cotidianas que nos hacen mejorar, compartimos un mismo y singular idioma, compartimos un ideal, compartimos un sentimiento igual de devaluado que este término: el amor.
Pero no cualquier amor, un amor a prueba de tiempo, a prueba de la distancia, a prueba de los chismes, a prueba de las espaldas, a prueba de caídas, a prueba de sus reactores.

Es por eso que hoy le quiero decir a mis amigos, que no hay despedidas sin sentido, pues cada vez que nos vemos, puede ser la última vez, puede ser la última sonrisa, la última burla, el último sobrenombre, el último consejo, la última lágrima.

Pero también quiero darles las gracias, por que si así fuera, sería la mejor despedida que pudiera pedir, al lado de quienes lucharon junto a mi por vivir el presente, al lado de los mejores maestros que he podido tener, al lado de mi segunda familia.

¡Hasta la Victoria Siempre!, mis queridos amigos, de sangre y de vida.

domingo, 15 de junio de 2008

Añorando el pasado

Constantemente nos dicen que no es posible vivir del pasado, que tenemos que vivir a plenitud el presente y que debemos soñar más en vez de añorar.

Pero como no vivir del pasado si fueron tiempos mejores, tiempos vivos, tiempos en que todos éramos uno solo.

El resultado obtenido por la selección mayor de Costa Rica el sábado anterior ante su similar de Granada, es la última de las pruebas para afirmar lo antes mencionado.

Con el nivel más bajo de los últimos 10 años, la selección logró un empate, que mientras para los aficionados y el resto del mundo fue prácticamente una derrota, los jugadores y cuerpo técnico siguen defendiendo lo indefendible, y aseguran, fue un resultado positivo.

Tan positivo, que el día sábado alcanzaron el año y tres meses de no saber lo que es una victoria, de no brindarle una alegría al país como si lo hicieron los jugadores de antaño y la generación anterior a la que tenemos hoy en día.

De seguir por el mismo camino, esta generación será recordada solo por su conformismo, su mediocridad y su incompetencia, comandados por un entrenador que parece que lo único que aprendió en México, fue enojarse cada vez que le dicen la verdad.

En el terreno de juego de la ciudad de Saint George, solo quedaron más y nuevas dudas, viejos reclamos y una que otra verdad.

Como no añorar a los viejos capitanes, como Roger Flores, Reynaldo Parks, Mauricio Montero, Erick Lonnis, etc, los cuales demostraban porque portaban esa banda amarilla en cada jugada, en cada grito de guerra, y en cada suspiro durante todo el juego, a diferencia de nuestro capitán actual, el cual se preocupa más por no despeinarse durante el juego y seguir agradándole al técnico que por otra cosa.

Como no añorar la garra de jugadores como el “Mincho” Mayorga, el “Tuma” Martínez, Mauricio Solís, Luis Diego Arnáez entre otros, en comparación con la delicadeza de jugadores como José Luis López, Randall Azofeifa, Bryan Ruiz, pues ni la promesa del fútbol nacional se salva del ridículo mostrado el sábado pasado.

Como no añorar a los goleadores de antaño, como Errol Daniels, Evaristo Coronado, Juan Cayasso, Juan Ulloa, hasta al mismo Paulo Wanchope, en comparación con la pereza de los delanteros de hoy en día, quienes después de fallar 10 opciones, creen que con meter una son unos “matadores” de primera línea.

Como no añorar la emoción del pueblo en Italia 90’ y Corea-Japón 2002, en comparación con la molestia y tristeza que embargan los rostros y los corazones de quienes siguen siendo aficionados al fútbol hoy en día, aunque la selección y el nivel del torneo nacional, se han encargado de que cada vez hallan menos.

En fin, como no añorar el pasado si en ese tiempo no existían tantas excusas como las que hoy utilizan los jugadores y cuerpo técnico de la selección, si los hombres eran quienes se ganaban un puesto y no los nombres o las amistades, si el amor por la patria los hacía sudar sangre sin importar la cifra del cheque de los viáticos o los premios, como no añorar el pasado si fueron tiempos mejores.

Estoy de acuerdo, no podemos vivir del pasado, debemos vivir el presente a plenitud, soñar más en vez de añorar, pero tal vez es hora de replantear nuestros sueños en otras disciplinas, donde la mediocridad y la prepotencia no sean pan de todos los días.

martes, 10 de junio de 2008

Moda Mental

En los últimos quince días, se presentaron eventos deportivos que me han convencido de que algunos deportes y competiciones, no son solo un juego.

Las actividades deportivas, así como el fervor de los seguidores, se han transformado en pasión, en un estilo de vida, en violencia, en estados de ánimo y por último, en una moda mental.

El pasado domingo Rafael Nadal logró su cuarto título consecutivo de Roland Garros al vencer al número uno del mundo, Roger Federer, en tres sets corridos. Sin duda, Rafa Nadal es uno de los mejores jugadores de la historia en lo que a superficie de arcilla se refiere, sin embargo, muchos lo han catalogado como el mejor del mundo por delante de Roger Federer gracias a que este no ha tenido una muy buena campaña en lo que va de la temporada.

En nuestro país, el Deportivo Saprissa logró también su cuarto título consecutivo al derrotar a su “archirival” Liga Deportiva Alajuelense, dos por cero en un marcador global a dos partidos. Los tetracampeones nacionales celebraron con gran alegría en patio ajeno la consecución de una “hazaña” que precisamente fue la Liga Deportiva Alajuelense el último en haberlo conseguido.

Por su parte en la Liga Profesional de Baseball de los Estados Unidos (MLB), los actuales monarcas, los Boston Red Sox pasan por una racha que hace dudar sus posibilidades de obtener el bicampeonato.

Todos estos acontecimientos deportivos, provocan dos cosas en común entre los aficionados y los “entendidos” del deporte: falta de memoria y una moda.

Si bien Rafael Nadal es uno de los mejores tenistas de la era abierta, su dominio solo se ha visto intacto en arcilla, y no es posible olvidar todo lo que Roger Federer le ha dado al deporte “blanco”, que es posiblemente el mejor jugador de todos los tiempos, y su dominio se extiende a todas las superficies y escenarios alrededor del mundo, pues aún en arcilla alcanza las finales.

Roger está a un solo título de Grand Slam de igualar la marca de más títulos ganados de este tipo de todos los tiempos, ha mantenido su dominio a lo largo de cuatro años, y no es justo que por seis meses malos, se le quite el título que a mi criterio aún le pertenece, el mejor jugador del mundo.

En nuestro país, por la forma en que los aficionados y dirigentes del Deportivo Saprissa celebraron, acompañados de comentarios burlescos y reproches para con la afición y dirigencia contraria, parece que se les olvido que hace 5 u 6 años, la crisis era en su acera, la falta de resultados su único amigo y las burlas llevaban su nombre.

No pretendo que no se celebre un título nacional obtenido con cierto merecimiento, pero no es posible olvidar de donde y como se viene, menos si pretenden mantenerse donde tanto les ha costado llegar.

A nivel mundial, el equipo de baseball mas famoso siempre han sido los Yankees de Nueva York, ah excepción de los últimos tres años, en donde los Boston Red Sox gracias a dos títulos de Serie Mundial, han “comprado” los corazones de los aficionados de medio tiempo, los mismos que hoy gracias a la pequeña crisis que viven los Sox, ya están buscando un nuevo equipo a quien “apoyar”.

Si bien no se puede vivir de las glorias del pasado, en la vida como en el deporte debe existir la lealtad, el mutuo respeto y la aceptación, valores que en ambos campos se han ido perdiendo.

Por esto y otras razones, quienes hoy celebran, pueden aparecer llorando en un abrir y cerrar de ojos, la diferencia estará en cuanto pesan esas lágrimas por la falta de estos valores en el pasado.