La muerte se invitó sola
Hasta que entendió que íbamos todos o ninguno
Los trenes sonaron simultáneamente su silbato
Y todos los pasajeros que viajaban en ellos aplaudieron
La lluvia bajó para verlo
Y el sol se posó tras la montaña para protegerlo
El campo se convirtió en ciudad para olerlo
Y la ciudad se paralizó para poder creerlo
Personajes animados se volvieron realidad para jugar con nosotros
Aunque no había nada, todo alcanzó
La noche cambió de pensamiento para darle paso a una mañana más positiva
Y los animales volvieron a creer en el hombre…
Sonrisas de niño interior se esparcieron por todo el barrio
Al mismo tiempo que todas las verdades brindaron
Y para bailar…
Las pamcanas hicieron bulla hasta la madrugada…
Todo…Cuando Mathi llegó…
PS: Que este escrito también sirva como un pequeño tributo a Pedro Guerra, amigo e inspiración.
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