miércoles, 28 de mayo de 2008

Soñador

Como dijo John Lennon en “Imagine”, podrán decir que soy un soñador al afirmar que aún existen atletas que compiten por amor al deporte, y no por el dinero, la fama ó la atención de las mujeres.

Sin embargo en nuestro país, hay un gran número de atletas que si compiten por estas razones principalmente, en el campo futbolístico gracias a la gran y prácticamente exclusiva cobertura de los medios de comunicación.

El ejemplo más reciente, el cual causó mucha polémica es el dinero que recibieron los jugadores de Liga Deportiva Alajuelense por parte de un empresario “Guapileño” con el fin de vencer al Club Sport Cartaginés y ayudar al Santos FC a permanecer en primera división.

Pese a las opiniones encontradas, y las comparaciones con las grandes ligas del mundo en las cuales se practica esta costumbre, me parece poco ético recibir dinero que no provenga de la institución que se defiende en el campo, la que vela por el jugador durante todo el año, la que le da de comer a los jugadores y su familia.

Poco ético por que se deja un mal ejemplo para las nuevas generaciones, poco ético por que son jugadores que su club les mantiene el salario al día, poco ético por que tenían razones propias para ganar ese encuentro, poco ético por que deja el hacerlo por el amor al juego y a la diversión de lado.

Con este ejemplo, y los muchos que nos han mostrado los medios de comunicación de jugadores del ámbito nacional, que con una nota en el periódico ya se creen “cracks” del deporte, se rodean de mujeres por doquier y se rehúsan a competir hasta que se les aumente en grande el cheque de cada mes, es fácil perder la fe en los atletas, en que todavía existen esos atletas de antaño que hasta ellos mismos se pagaban los pasajes del bus para ir jugar, aquellos que buscaban posada en la casa de algún amigo cuando iban a jugar lejos pues no tenían para pagar un hotel pero esto no era impedimento para darlo todo en el terreno de juego.

Pero justo cuando me disponía a tirar mi yo interior soñador, apareció Nery Brenes, atleta nacional que se enrumba a participar en la prueba de atletismo de 400 metros en los juegos olímpicos de Beijing 2008.

La semana pasada, Nery obtuvo de manera unánime el premio al mejor atleta de nuestro país, premio otorgado por una entidad bancaria basado en la votación de más de 50 periodistas y involucrados con el deporte nacional.

Además del justo reconocimiento, se le otorgaron a Brenes dos millones de colones, los cuales sin pensarlo, donó a un auspicio de huérfanos con el fin de ayudar a los niños necesitados, asegurando que ellos son el futuro de nuestro país y su razón principal por hacer lo que hace.

Su origen humilde y su espíritu trabajador son la carta de presentación de Nery Brenes, que respalda estas afirmaciones y nos pone a soñar con una medalla olímpica.

Nadie obligó a Nery a hacer esta donación, mientras que los jugadores de la Liga si fueron obligados por su junta directiva a realizar una donación que nunca se vio concretar.

Hoy gracias a Nery Brenes he vuelto a creer en la pureza del deporte, pues se nota cuando las cosas se hacen con y por amor, cuando el dinero queda en
segundo plano, cuando lo que aparece después de una importante victoria son las lágrimas y no gestos obscenos hacia la afición contraria, cuando nunca se olvidan de sus raíces, cuando lo que más brilla en sus vidas es la sonrisa, y no las joyas ó un carro recién pulido.

lunes, 19 de mayo de 2008

Nuevos ídolos

Han pasado diez años desde que Michael Jordan paró los corazones del mundo deportivo con su último lanzamiento en una final de la NBA. Fue contra los Utha Jazz, en Salt Lake City, cuando “Air” Jordan robó el balón de las manos de Karl Malone, cruzó todo el rectángulo de juego, encaró a Byron Russel y con una majestuosa finta lo dejó en el suelo para elevarse y encestar a falta de 8 segundos la canasta que definió el partido y el campeonato a favor de los Chicago Bulls.

Desde entonces, la NBA y los “fans” del básquetbol se enrolaron en una tarea que hasta el día de hoy no ha tenido ningún éxito, encontrar al sustituto de Michael Jordan.

La dificultad de la misma es, que no se trata solo de encontrar a un jugador con las mismas características que Michael, sino que se trata de encontrar a un jugador con el mismo nivel de compromiso, con el mismo amor por el juego, el mismo respeto hacia el deporte y su disciplina, un jugador que pueda ser el modelo “perfecto” de la liga y atraer a los ojos del mundo.

En la actualidad tenemos a Lebron James, quien ya ha quebrado varios records históricos de la liga, guiado a su equipo los Cleveland Cavaliers a una final de la NBA, pero no ha logrado la simpatía con el mundo ni la admiración de los jóvenes fuera de las fronteras de los Estados Unidos.

De igual manera, Kobe Bryant quien recientemente ganó el trofeo al jugador más valioso de la temporada, ha mantenido su nivel de juego en lo más alto durante ocho temporadas, pero nunca con la inspiración que Michael Jordan lo hizo, inspiración que hacía que todos los jóvenes de su época quisieran jugar básquetbol.

La constante búsqueda de un sustituto de Jordan, ha afectado a la liga en proporciones elevadas, pues las constantes comparaciones afectan a los jugadores que sienten deben llenar unos zapatos que solo se hicieron de una medida.

Son esas “odiosas” comparaciones, las que no permiten que estos y otros jugadores puedan ser los nuevos ídolos del básquetbol y la juventud, pues nunca serán igual de buenos que el número 23, y la gente siempre admira a lo mejor de lo mejor.

Debemos entender que su nivel y época son diferentes, que el juego y su entorno han cambiado, y aceptar que para su tiempo jugadores como Kobe Bryant, Lebron James, Kevin Garnett, entre otros, son excelentes jugadores de la NBA, dignos de admirar.

Constantemente se escucha decir a los fans que ya la NBA no es lo mismo, que ya no es igual de emocionante, que ya no es igual de competitiva, pero los playoffs de la actual temporada nos dicen lo contrario. Los Boston Celtics el mejor equipo de la NBA, ha tenido que ganar sus dos primeras series en 7 partidos, y lo ha logrado gracias a la ventaja de la localía, pues no ha obtenido un triunfo fuera de casa en esta postemporada.

Los Hornets de Nueva Orleans dieron la sorpresa a lo largo de toda la temporada, y en estos playoffs se encargaron de eliminar a los Dallas Mavericks y están en un duelo de poder a poder con los San Antonio Spurs, actuales campeones de la NBA.




Inclusive se presenta la posibilidad de revalidar una vieja y electrizante rivalidad en la final de la NBA, si se da el caso de que los Boston Celtics y Los Ángeles Lakers logren llegar a la última instancia.

Si bien estoy de acuerdo que ya no es la misma emoción de los tiempos de Michael Jordan, que no se presentan las mismas rivalidades de ensueño como lo fueron las rivalidades Jonson-Bird, Jordan-Barkley, Olajuwon-O’neal, entre otras, la emoción nunca va a ser gratificante, si no aceptamos que no existe sustituto para Michael Jordan ni el grupo de jugadores que lucharon a su lado, a favor o en contra, así como no lo existe para Maradona o Pelé, por eso los argentinos, quienes no aceptan esto siguen esperando volver a ganar un mundial.

Nuevos ídolos

Han pasado diez años desde que Michael Jordan paró los corazones del mundo deportivo con su último lanzamiento en una final de la NBA. Fue contra los Utha Jazz, en Salt Lake City, cuando “Air” Jordan robó el balón de las manos de Karl Malone, cruzó todo el rectángulo de juego, encaró a Byron Russel y con una majestuosa finta lo dejó en el suelo para elevarse y encestar a falta de 8 segundos la canasta que definió el partido y el campeonato a favor de los Chicago Bulls.

Desde entonces, la NBA y los “fans” del básquetbol se enrolaron en una tarea que hasta el día de hoy no ha tenido ningún éxito, encontrar al sustituto de Michael Jordan.

La dificultad de la misma es, que no se trata solo de encontrar a un jugador con las mismas características que Michael, sino que se trata de encontrar a un jugador con el mismo nivel de compromiso, con el mismo amor por el juego, el mismo respeto hacia el deporte y su disciplina, un jugador que pueda ser el modelo “perfecto” de la liga y atraer a los ojos del mundo.

En la actualidad tenemos a Lebron James, quien ya ha quebrado varios records históricos de la liga, guiado a su equipo los Cleveland Cavaliers a una final de la NBA, pero no ha logrado la simpatía con el mundo ni la admiración de los jóvenes fuera de las fronteras de los Estados Unidos.

De igual manera, Kobe Bryant quien recientemente ganó el trofeo al jugador más valioso de la temporada, ha mantenido su nivel de juego en lo más alto durante ocho temporadas, pero nunca con la inspiración que Michael Jordan lo hizo, inspiración que hacía que todos los jóvenes de su época quisieran jugar básquetbol.

La constante búsqueda de un sustituto de Jordan, ha afectado a la liga en proporciones elevadas, pues las constantes comparaciones afectan a los jugadores que sienten deben llenar unos zapatos que solo se hicieron de una medida.

Son esas “odiosas” comparaciones, las que no permiten que estos y otros jugadores puedan ser los nuevos ídolos del básquetbol y la juventud, pues nunca serán igual de buenos que el número 23, y la gente siempre admira a lo mejor de lo mejor.

Debemos entender que su nivel y época son diferentes, que el juego y su entorno han cambiado, y aceptar que para su tiempo jugadores como Kobe Bryant, Lebron James, Kevin Garnett, entre otros, son excelentes jugadores de la NBA, dignos de admirar.

Constantemente se escucha decir a los fans que ya la NBA no es lo mismo, que ya no es igual de emocionante, que ya no es igual de competitiva, pero los playoffs de la actual temporada nos dicen lo contrario. Los Boston Celtics el mejor equipo de la NBA, ha tenido que ganar sus dos primeras series en 7 partidos, y lo ha logrado gracias a la ventaja de la localía, pues no ha obtenido un triunfo fuera de casa en esta postemporada.

Los Hornets de Nueva Orleans dieron la sorpresa a lo largo de toda la temporada, y en estos playoffs se encargaron de eliminar a los Dallas Mavericks y están en un duelo de poder a poder con los San Antonio Spurs, actuales campeones de la NBA.

Inclusive se presenta la posibilidad de revalidar una vieja y electrizante rivalidad en la final de la NBA, si se da el caso de que los Boston Celtics y Los Ángeles Lakers logren llegar a la última instancia.

Si bien estoy de acuerdo que ya no es la misma emoción de los tiempos de Michael Jordan, que no se presentan las mismas rivalidades de ensueño como lo fueron las rivalidades Jonson-Bird, Jordan-Barkley, Olajuwon-O’neal, entre otras, la emoción nunca va a ser gratificante, si no aceptamos que no existe sustituto para Michael Jordan ni el grupo de jugadores que lucharon a su lado, a favor o en contra, así como no lo existe para Maradona o Pelé, por eso los argentinos, quienes no aceptan esto siguen esperando volver a ganar un mundial.

martes, 13 de mayo de 2008

Modesto Adiós

El Estadio Nacional se despidió el pasado fin de semana, haciendo lo que mejor supo hacer durante 84 años, albergar competencias deportivas.

Lejos de una despedida con fuegos artificiales, una canción en busca de obtener unas cuantas lágrimas, y un espectáculo al inicio, intermedio y final, el Estadio Nacional se despidió con un modesto adiós, rodeado de dos grupos de personas, aquellos que asistieron por que valoran realmente lo que significó el inmueble, y otros que querían sus 15 segundos de fama televisiva.

Se despidió para darle paso a un nuevo “coliseo”, uno de proporciones hasta hace poco inimaginables para un medio como el nuestro, aunque para muchos, no vale la pena derrumbar a un histórico para darle paso a una nueva sensación que podría no llenar las expectativas.

El nuevo estadio, con el sello y dinero chino tendrá la capacidad de albergar a treinta y cinco mil aficionados, además de un diseño moderno digno de primer nivel futbolístico.

Sin embargo, ya han salido ciertas críticas, vestidas de preguntas indefensas hacia el proyecto, tales como ¿por qué tan pequeño?, ¿Por qué no se hizo en otro lado? La justificación, eventos no deportivos que llenen las arcas de quién lo administre.

Nuestro país no cuenta con una cultura deportiva que permita entender que el fútbol es un juego, que hay malas y buenas temporadas, el “tico” no ha desarrollado al 100% el concepto de lealtad, y mucho menos lo ha puesto en práctica, son contados los aficionados que acuden religiosamente a los
estadios a apoyar a su equipo o a la selección mayor, y muchos de ellos tienen otras razones aparte de “apoyar” para asistir.

No me opongo a realizar espectáculos extra deportivos en una instalación hecha para el deporte, pero si pienso que no es lo ideal, puesto que se distrae a quiénes lo ven como una casa, se pueden presentar daños que ningún espectáculo va a reparar, los cuales pueden inhabilitar el uso de las instalaciones, agregando más excusas a la larga lista que tienen los federativos y deportistas de este país.

Creo que la idea inicial para la realización de este estadio, es darle una nueva y mejorada casa a los deportistas nacionales, brindar una “fortaleza” a las selecciones nacionales en donde se pueda crear un sentido de pertenencia y orgullo, no para tener la posibilidad de traer agrupaciones musicales de proporciones sobre limitadas, espectáculos que si bien todos disfrutamos están a favor y se unen al peor mal del deporte actual, hacer las cosas por dinero.

A las preguntas que han salido respecto al proyecto se une la ya tan popular ¿Será gramilla natural o artificial? No tiene caso cual sea la respuesta, si los actores que juegan en ella, lo hacen con amor artificial.

Antes de pensar en multitudes y en espectáculos que llenen los bolsillos, antes de pensar en albergar a las mejores selecciones y clubes del mundo en el nuevo estadio, propongo instalar amor natural en los que comandan el deporte nacional, y tal vez así, si estaré de acuerdo en abusar de la “generosidad” china.

Nivel Utópico

A falta de buen fútbol en nuestro medio, y a la espera de uno de los partidos más prometedores del año, Manchester United-Chelsea por la final de la Liga de Campeones, los octavos de final de la Copa Libertadores, han revivido mi credibilidad en el nivel deportivo del continente americano en cuanto a clubes se refiere.

La victoria de Boca Juniors frente a Cruzeiro en Brasil, a tan solo tres días de haber derrotado a su archirival River Plate por el torneo local, la victoria de un águila sin alas a lo largo de esta temporada en el mítico Maracaná, así como los pases a cuartos de final obtenidos por el Santos de Brasil, San Lorenzo de Argentina y la Liga De Quito todos a domicilio, demuestran que si se puede mantener un nivel competitivo tanto a nivel local como internacional.

Y es que parecía que solo en Europa se podía mantener el interés por múltiples competiciones, pues año a año vemos a los clubes luchar por los torneos locales y las competiciones internacionales, estas últimas con un poco más de prestigio, pero sin desmeritar un logro casero.

Que mejor ejemplo que los dos clubes ingleses más poderosos Manchester United y Chelsea, se juegan este fin de semana el título de la Premier League, ambos llegan con 84 puntos a la última fecha, dejando todo el honor enfrascado en 90 minutos. Pero aquel que no destape el champagne, tendrá su revancha el 21 de mayo en Moscú, nada más y nada menos que en la lucha por la “orejona”.

Pero lo que más me llama la atención, es el por qué estos clubes logran mantener un nivel tan alto a lo largo de toda la temporada, una temporada que además de sus compromisos con los clubes se presentan llamados a las selecciones, y en un año como este, las eliminatorias rumbo al mundial, mientras que en nuestra área este nivel solo puede ser utópico.


Hay razones obvias y otras no tan obvias. Entre las primeras encontramos el dinero, las condiciones deportivas, las aficiones, etc. Pero las más preocupantes son las segundas, entre las que encontramos la falta de compromiso, el desamor por la camiseta, la mediocridad y la condescendencia que muchas veces se viste de miedo por parte de los medios de comunicación en nuestro país y en el área.

CONCACAF, Asia y África, son tres confederaciones que juegan y se conforman con un nivel diferente por no decir bajo, en donde un pequeño logro reemplaza toda una historia y la ambición de seguir creciendo. En donde las excusas son el pan de cada día, y los involucrados en el fútbol, llámese entrenadores, jugadores o ejecutivos, deciden a quién le hablan y a quién no, basados en quiénes han dicho la verdad y quiénes se han prestado a su juego.

Tal vez el nivel futbolístico de nuestro país y del área crezca cuando haya dinero para que otros clubes les paguen a los jugadores de otras instituciones para que ganen todos los partidos y no solo el final, o estaremos más cerca de alcanzar el nivel europeo y sudamericano, si estos imitan la estrategia de llevar a Iron Maiden a tocar a la cancha de su rival, para que quede una maldición inédita y pierdan varios juegos en fila.

Plagio en las Gradas

Pareciera ser que Cartago juega mal al propio durante todo el año, para así tener por que luchar al final de cada torneo. Este ha sido un año más lejos de los primeros lugares, un año más recogiendo sobras de otros equipos, un año más celebrando la mediocridad.

El Club Sport Cartaginés se salva gracias a la mezcla de varios factores donde predominan dos de ellos: la lucha que debe ser reconocida por parte de los que si trabajan a conciencia, y la incompetencia de un Santos que pareciera se conformó con el título y un año de ensueño en 2001.

Si bien es cierto que Juan Luís logró la hazaña, lo imposible para muchos a inicios de este torneo, Cartago arrastra un sin fin de problemas cuya cola, son dos torneos salvándose en la última fecha.

No pretendo opacar la alegría de los aficionados blanquiazules ni de la institución en general, pero si pretendo llamar la atención de un fútbol que cada día celebra menos logros, a un campeonato que cada año premia la inconsistencia y la falta de interés por parte los clubes que participan.

El sistema de juego que se utiliza en el torneo nacional, permite que un club se concentre fuera de nuestras fronteras sin temer que pase en nuestro medio, permite a otro ganar más dinero que aquel que ha clasificado y es “serio” candidato al título, permite solo disfrutar unas cuantas jornadas del mismo.

Si bien esta última jornada despertó un interés y una emoción que no se veía en
nuestro medio hace bastante tiempo, son lamentables las razones por las que lo hizo, es lamentable que una vez terminada la jornada, muchas aficiones
guardan su bandera hasta que se presente la próxima emergencia, que muchos dirigentes se van a casa con una sonrisa vacía y las manos llenas, es lamentable que las razones y las soluciones salgan a la luz después del pitazo final.


El fútbol nacional ha caído en un bache negativo que no se vivía hace tiempo, tanto en el nivel futbolístico como en el fervor de la grada, de ese jugador numero “12” que tantas veces se alaba y otras se maldice. Sino que lo diga la creatividad de la barra “azul” del cartaginés, quienes plagiaron la celebre frase de los “reds” del Liverpool “You will never walk alone” (Nunca caminarán solos) en una manta en el Morera Soto, para animar a un grupo de jugadores que si caminan solos durante 14 jornadas del torneo local.


Mientras la dirigencia a nivel de clubes y de selección nacional, sigue sin tomar decisiones cuando es necesario, cada fin de semana cuesta más no cambiar el canal.